Pero vamos al restaurante.
Como compañero de la comida vino Resalte del 2021, vendimia seleccionada. Fresco, sabroso, con mucha fruta y buena persistencia. Se portó bien con todos los platos.
Nos ofrecen panes de distintos tipos: se seleccionan la torta de aceite (típico de la zona) y uno de varias harinas integrales.
Primero nos traen un detalle de la casa chorizo marino. Una loncha realizada con pescado pero aliñado como si fuera chorizo. Curioso.
Como entrantes pedimos:
Ensalada de atún curado con strachiatella y fresas escabechadas: ensalada fresca y muy sabrosa con el toque sorpresa de las fresas escabechadas (las fresas y el vinagre se llevan muy bien).
Tallarines de calamar de potera con carbonara de hongos y velo de panceta ibérica. Un mar y montaña rico y que nos deja con ganas de más.
Pero vienen los platos principales
Cochinillo confitado con manzana asada.
Focaccia de costilla ibérica con pata mulo y encurtidos.
Bacalao confitado con aceituna negra.
Lomitos de lenguado con jugos de crustáceos y fritura de chipirón.
Solo hay que mirar las fotos para saber que todos los platos eran tremendamente estéticos pero además estaban fantásticos: el cochinillo con la piel bien crujiente, los pescados en su punto y las costillas se deshacían en la boca.
Como postre, y porque no queríamos quedarnos sin probar alguno, compartimos una tarta de piñones con miel y helado de tomillo. El helado nos encantó.
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