sábado, 2 de enero de 2021

11 de diciembre de 2020. Senso c/ Taquígrafo Martí, 20 Tf 633920914


Un viernes más, y será el último del año con esta comida de viernes, vamos en busca de un local donde no hemos estado. 

Abrieron el local en marzo, justo inauguraban el sábado que se confinó a toda la población por lo que durante meses se han visto en graves problemas para subsistir, comiéndose ahorros y echando mano de todo lo posible (funcionan en Formentera con otro local de comida italiana) para no tirar su sueño por la borda.

De nuevo llego la primera y, mientras espero, tomo una copa de prosecco y me ponen un aperitivo: unos crostini,  un queso casero y unas aceitunas.

Tienen un menú y una carta, corta pero llena de platos de pasta casera que me hacen disfrutar de solo leerlos. 


Como compañero de comida, seguiremos con el prosecco Provetto Brut, que realmente es un Spumante realizado en La Mancha de la mano de Félix Solís. De agradable sabor, burbuja fina y una correcta acidez lo que lo hace un buen compañero de los platos de pasta que vamos a comer.

Mientras esperamos nos ponen un plato de queso con trufa y unas aceitunas negras que nos hacen más llevadera la espera.

En esta comida somos tres personas, por lo que se verán tres primeros platos, tres segundos y tres postres.

Y vamos a lo importante.

Gambas guandale, safró y espárragos. Unas deliciosas gambas ralladas con una crema de azafrán y un manojito de espárragos con una faja de panceta. 

Huevo, crema taleggio y alcachofa. Un huevo a baja temperatura, con una crema de queso taleggio y unos crujientes de alcachofa. Plato delicioso para los amantes del queso.

Fisto Senso. Una tabla de fiambres: mortadela con trufa, panceta rocoleta, prosciutto y un excepcional salami picante. 

Y vamos a los platos fuertes.

Paccheri gambas, calabacín y tomate fresco. Una pasta con tremendo sabor a verduras salteadas con tomate y con unas gambas que trasmiten todo su sabor y aroma al plato. 

Ravioli senso, que hoy viene relleno de panceta, alcachofa  con salsa de crema sabayón salada (la receta original de la salsa carbonara). Para amantes de la alcachofa. Su sabor se impone en todo el plato. Delicioso.

Tremendos gnocchi gorgonzola. La textura del gnocchi es espectacular: cremoso con ligera consistencia. Si te has atrevido a hacer gnocchis en casa (he tenido esa debilidad) son muy difíciles de conseguir esa textura y que no lleguen a ser algo 'gomoso' en el paladar. Impresionantes.

Como postres tenemos un mil hojas relleno de nata y frutos del bosque (buen cambio), una panacota con una consistente textura y un soberbio tiramisú casero (con un sabogardi  -bizcocho- casero bien empapado en café negro que hacen de ese tiramisú una búsqueda constante de un trozo de sabogardi).

Andrés remata la comida con su consabido ristreto mientras ultimo el último trago de spumante.










27 de noviembre de 2020. Toshi restaurant c/ Salvador, 5 Tf 961016080

Por fin hemos conseguido reservar en este pequeño restaurante. Llevo meses intentándolo y este viernes se cumple mi deseo. Es el día que se ha aliado todo el mal tiempo para caer sobre Valencia litros y litros de agua, granizo, rayos y rachas de viento. Una mezcla explosiva pero que no nos hace desistir de nuestra comida de viernes. 




Por primera vez y sin que sirva de precedente, vamos en taxi. Nos encontramos con un pequeño local de apenas 8 o nueve comensales. En su origen, los comensales se sentaban en la barra y podían observar a Toshi moviéndose, con movimientos calmados y acompasados, su hacer en la cocina. Aquí se detiene el tiempo. No hay prisa. Por el mal tiempo, nos encontramos solos en el local y nos anuncian que así será nuestra comida: estaremos solos con Toshi y Felix (que nos acercará los platos a la mesa y nos dará toda la explicación de los mismos). 

Como compañero de mesa nos ofrecen los vinos que podrían ir bien al menú y preguntamos por cava. Acerca una botella de Raventós y Blanc, La Finca de 2016. Andrés no lo deja escapar. En boca es elegante, sabroso, con una persistencia perfecta para limpiar las papilas y hacer de cada bocado un comienzo. 

Nos ofrecen pan que realizan ellos mismos. El pan contiene un aceite aromatizado que no consigo descifrar. Al preguntar a Félix, comenta que es eneldo. Nunca lo hubiera dicho, pero queda perfecto con el pan. 

Y vamos a lo importante. En este restaurante hay dos menús: uno al mediodía y otro por la noche. A no ser que se tenga alguna alergia, no hay que mirar carta. Así que nos dejamos llevar por los platos de Toshi. Serán cinco platos salados y uno dulce. Comenzamos.

Puré de remolacha, pasta de berenjena, bonito, nabos encurtidos y brotes. Plato fresco con una armonía de sabores inmejorable. El pescado era pura crema y con un persistente sabor. Para repetir y repetir.

Puré de tupinambo (alcachofas de Jerusalén), setas (rebollones  o níscalos y angulas de monte), tartar de gambas, crujiente de tupinambo y acelga. Setas muy sabrosas, con los crujientes de tupinambo que hacían un buen contraste de texturas. Como en todos los platos, las gambas hiperpresentes por su profundo sabor. Soberbio.

Guiso de lentejas con oreja de cerdo con alcachofa frita y guisada, rellena de piñones y panceta. Todo ello regado con caldo de caracoles. Pese a los sabores tan profundos de los ingredientes, cada uno estaba en su bocado. El hilo conductor era la hierbabuena del caldo de los caracoles. Plato impresionante.

Arroz con acelgas, anguila, caldo de pollo , ajo negro y guindilla. El arroz en su punto, la anguila con su piel megacrujiente y con profundo sabor. Los demás ingredientes hacían bocados diferentes y sorprendentes. La guindilla le ponía el punto canalla a un plato muy serio. Si nos hubiera puesto un segundo plato, sin hambre, pero nos los habríamos comido seguro. 

Pescado (pescadilla), puré de habas, habas salteadas, berberechos, limón meyer y eneldo. Pescado y berberechos en un punto impecable, las habas deliciosas y explotando en la boca en cada bocado. El limón y el eneldo poniendo su punto divertido y fresco a cada bocado. 

Y, pese a que ya llevamos un par de platos que el hambre nos ha abandonado, no rechazamos el postre.  Hemos hecho corto con la bebida y nos ofrecen un verdejo: Arenas de Santyuste vino de pueblo, un verdejo peculiar, vino natural y sin filtrar, con toques de hierbas mediterráneas, sedoso. Un vino fresco y joven que será buen compañero con el postre que consiste en: calabaza castaña asada con praliné de pipas de calabaza, chocolate, pera caramelizada con PX, crema al armañac y sal maldon. No especialmente dulce, con texturas y temperaturas diferentes y con sorpresa a cada bocado. Nos lo devoramos.

Para terminar, nos ofrecen una infusión de té verde con cítricos (deshidratados y frescos) y hierbabuena. Un digestivo que nos vendrá muy bien. 

Sitio para volver y volver: cocina sincera y elegante.