miércoles, 5 de marzo de 2025

Kasta c/ Alcublas, 2 46009 - Valencia

 


Primera mascletá del 2025 y comida. Vamos a buscar este restaurante a la zona de Campanar. Es un local pequeño pero muy bien aprovechado (en él conocí la bodeguita de María hasta que se desplazó a otro más grande y mejor ubicado). Nos ubican en nuestra mesa, nos pedimos unas cervezas, que vienen con unas aceitunas,  y nos quedamos leyendo la carta para decidirnos. Todo lo vamos a compartir.



El compañero de mesa será un Mestres Visol, siempre elegante, de burbuja fina y que se comporta de manera impecable. Por desgracia, no tienen otra botella por lo que la segunda es un Valle de San Juan, un cava ecológico que hace las veces y nos acompaña en el final de la comida.

Pero vamos a lo importante.


Cecina de vaca con almendras. La cecina siempre es un acierto. Le acompañan unas rebanadas de pan y un buen aceite de oliva virgen extra de Baena. Hacen muy buen equipo.


Tiradito escabechado de urta con helado de tomate. Ciertamente este plato lo pedimos por el helado de tomate que nos llamaba poderosamente la atención. Como ya les comentamos, el problema fue que el helado era excesivamente contundente, como de tomate cocinado, y se llevaba por delante todos los otros sabores del plato. Solo con cambiar el tomate por un buen tomate fresco rallado, el helado será un fantástico elemento del plato y no un protagonista.

Alcachofas con con base de cremoso de foie con techo de picaña: se está acabando la temporada y no hay que desaprovechar la ocasión de tomarlas. Buen plato.





Croquetas de jamón. Caseras, caseras. Con buena bechamel y abundante presencia de jamón y un rebozado de los de casa, de los de siempre, amables y tiernos. Muy ricas.




Ensalada de ahumados con berenjena asada. Venía con una creme brie. El sabor predominante era el  ahumado pero estaba muy rica.




Huevo poché con cremoso de chirivía y papada ibérica. Uno de los platos que mayor impronta gustativa me dejaron. Para mi estaba soberbio.




No perdonamos el postre. Un tiramisusu, como su nombre bien indica es un susu con los toques de un tiramisú. Es un postre para golosos y para compartir porque es rotundo.

Muy buen sitio. Para volver y repetir.


lunes, 3 de marzo de 2025

Mood Food c/ Pintor Salvador Abril, 7 46005- Valencia


Vamos a comer a un restaurante en pleno barrio de Ruzafa. Llegamos muy pronto pero nos invitan a sentarnos y pedir algo mientras elegimos los platos que vamos a degustar.



Para acompañar nuestra comida, nos animan a probar un cava, Nuria Claverol de la bodega Sumarroca. Aceptamos sin pensarlo y es una fantástica recomendación: burbuja fina, con una acidez bien redondeada, pase por boca largo y con buena permanencia. Nos encanta.

Pero vamos a lo importante. Todos los platos los vamos a compartir.



Cecina de buey. Siempre un acierto. Viene con un fantástico queso, pria tres leches. Los dos ingredientes se pegan para ver quien es el actor principal. Lo hablamos con ellos y les recomendamos que los separen para que no haya luchas entre ellos. Los dos se merecen un plato estrella: la cecina y su soledad, el queso con otros compañeros o en soledad. Pero el plato es estupendo.

Vieira al foie. Un bocado que nos deja con las ganas de repetir.




Mini alcachofas con pulpo. ¿Qué decir? fantástico plato. El pulpo, tierno y sabroso. Las alcachofas tiernas y con su profundo sabor. Muy buen plato: un guiso de los que dejan recuerdos.




Cocochas de bacalao al pil pil de cítricos. Muy muy buen plato.



Capricho ibérico: blanquet, anguila ahumada y encurtido de remolacha. Un bocado pero qué bocado.


Como postre no nos resistimos a compartir un chococremaet que, como su nombre indica, es chocolate, con café, con chocolate y con algún licor quemado, más algo más de chocolate.


Buena comida. Para repetir.



lunes, 3 de febrero de 2025

Félix Chaqués C/ Roteros, 16 (Valencia)



Comida con amigas que vienen a Valencia y siempre busco intentar sorprenderlas gratamente. Así que me decido por este restaurante. 


Tiene un menú cerrado, teniendo en cuenta intolerancias y alergias, y piden puntualidad dado que todo el restaurante (de apenas 6/7 mesas) vamos a comer al mismo tiempo. 

Pero vamos a lo importante. 

Para acompañar nuestra comida, un cava: Raventós y Blanc Textures de Pedra, un cava de burbuja muy fina, con un sabor agradable y permanencia importante. 

El menú tiene siete pases.




Topinambo, alcachofa, helado de requesón, anchoa y mandarina. Plato fresco, divertido porque cada cucharada tenía una textura y predominaban unos sabores. Nos gustó mucho.





Habitas, leche de almendra, huevas de trucha, granos de granada y raifort (rábano picante). Volvemos a encontrarnos con un plato donde cada cucharada nos va a sorprender con la presencia de unos sabores. Un plato muy fino y agradable,


Salmonete amb bledes (acelgas). Pese a no ser una enamorada de los salmonetes, confieso que este plato me encantó. La unión de salmonete, acelgas y la salsa que los unificaba, daba un resultado soberbio.

Calabaza, sepia, jugo de mujol, yema de huevo, guiso de sepia brutan merlot. De nuevo mezcla que conjugan y realzan entre sí sabores y texturas. 



Arroz de remolacha, cereza, codium y aire de alcaparra. Arroz con ese sabor a tierra que proporciona la remolacha y la sorpresa del mar que siempre se encuentra en el codium. Muy bueno.



Bonito, robellón, chirivía, mostaza e higo chumbo. Fantástico plato con un bonito en su punto y sabores que se asocian a la perfección.




Membrillo, pipa de calabaza, chocolate y helado de stilton. Muy buen postre, nada dulce ni pesado. Un fantástico remate. 



Terminamos con un café.

Buena comida. Para repetir.


San Rafael C/ Mossèn Lajunta, 24 Benicarló (Castelló)



Nos vamos a probar un menú de alcachofas que, como todos los años, se celebra en Benicarló (población productora de alcachofas). Hemos leído los menús y nos hemos decidido por este. Así que vamos un poco a ciegas. 


Para acompañar este menú con las alcachofas que se suelen llevar mal con todas las bebidas, nos decidimos por un cava Rovellats Imperial del 2021, fresco, fácil y que será un buen compañero de comida aunque se peleará con un elemento imbatible, las alcachofas.



Para comenzar, unas alcachofas a la menta sobre babaganush con unos puntos de crema de pimiento morrón y unos crujientes de sésamo. Sabroso y rico plato. El plato lo llamaban Palmira.



Valle de Catamayo: un caldo de choclo, con unos crujientes de alcachofa, un buñuelo de aldana (un embutido) y torreznos. El sabor del plato era muy agradable. La pena es que los elementos crujientes (el buñuelo y los torreznos) al estar sumergidos en el caldo, habían perdido su crujiente. Por lo demás, un plato muy sabroso.




Itsmo de Tehuantepec: flor de alcachofa a baja temperatura con trocitos de ave pibil, sobre migas de pastor y mole manchamanteles (un mole poblano con un picante muy medido). Plato con unos contrastes muy interesante. Sorprendente lo bien que se llevan alcachofas y mole. Será cuestión de probar en casa.





Ratnapura: arroz seco de langostinos, pulpo y setas al estilo Pol Sambol, alcachofas y crujiente de coco. El crujiente de coco adornaba pero no aportaba. El arroz estaba bueno, los tropezones también. Pongamos los peros: habían elaborado el arroz con la paella torcida por lo que en un lado había una capa muy fina de arroz y en la otra más gruesa, lo que produjo que los granos estuvieran un poco pasados de cocción y se les había ido la mano con el aceite.





Monmartre: merluza al horno con alcachofas salteadas, salsa de cava y parmentier ahumado. La idea era buena pero, supongo que por la cantidad de comensales, se les había ido el punto del pescado lo que convirtió el taco en un trozo de pescado seco. 




Chiang rai: bizcocho de almendra, chocolate, mouse de mango y compota de alcachofa con salsa de lima y albahaca. Postre para los muy golosos. 

En general, el menú era abundante y sabroso. Las alcachofas, en todos los platos estuvieron impecables de sabor y textura. Solamente por ellas, bien vale un viaje hasta Benicarló.