De nuevo en el barrio de Ruzafa. Esta vez vamos a comer en el nuevo local que han abierto la pareja formada por Carito Lourenço y Germán Carrizo. Este verano ha sido muy intenso para ellos (bueno, y para muchos más que ya iremos descubriendo) en nuevos locales: han abierto en Calpe, Konfort (en The Cook Book Hotel), un bistrot con la tendencia a usar productos de cercanía y con un precio ajustado.
Pero vamos al que nos ocupa. Este es el tercer local que llevan entre manos. Es el gastrobar, el más informal donde han querido mezclar la comida de sus orígenes con la que han estado viviendo estos últimos años. Comida fácil, para compartir, para disfrutar sin protocolos, chuparse los dedos o lo que surja.
Cuando llego, Andrés ya me está esperando. Una mesa de dos, con lo que parecen bajo platos (que luego sabremos son los platos): unos azulejos con unos platos pintados y decorados que hacen una mesa informal pero muy atractiva.
Para comenzar, y mientras leemos las cartas, nos tomamos dos cervezas Turia con unos cacaos y kikos. Vamos abriendo boca.
Aún casi sin saber qué vamos a comer porque no he leído con detenimiento la carta de comida, veo uno de mis amores en vino blanco. Este va a ser el compañero de esta comida: José Pariente 2015. Sabroso, con buena acidez y bien integrada. Viene un poco alto de temperatura por lo que pedimos que nos lo refresquen más. Con esta temperatura se aprecian mejor los aromas a cítricos, con toques anisados y fresco, muy fresco. Delicioso.
Y vamos a nuestra comida.
Croquetas de jamón y de pollo al curry. Las de jamón están francamente buenas, pero las de pollo son de sobresaliente alto. Muy ricas.
Empanada Mendocina y empanada de secreto. Mientras a Andrés le gusta más la de secreto (con un potente sabor a brasa) yo me decanto por la mendocina, muy especiada y un leve toque picante.
Impresionante bagel de pastrami: bagel con semillas, relleno de queso cremoso, pepinillos, algo de lechuga, algo de salsa y mucho de pastrami (no tan exagerado como lo conocemos por los sandwiches de NY pero con buena cantidad). Tremendo e imperdible.
Pulpo, patatas y aove. Las patatas vienen en puré, muy fino, el pulpo en su punto y lo original unas papas troceadas dejadas caer lo que le aporta un toque crujiente que le va a la perfección. Plato soberbio. Por decir algo, un toque de pimentón algo picante le daría un punto más (claro, para los amantes del picante).
En algún momento de la comida ha entrado Germán. Nos hemos saludado porque nos hemos encontrado en varias ocasiones. Hablamos de los proyectos, los locales. Están contentos.
Cuando vamos a pedir el postre, nos dicen que Germán ya ha ordenado nuestro postre. Estamos encantados.
Viene un sorbete de limón, jengibre y menta. Nos limpia las papilas y nos deja el paladar preparado para el dulce.
Plátano con dulce de leche batido, nueces garrapiñadas y pequeñas trufas de chocolate negro. Postre para los amantes del dulce de leche: goloso, cremoso y toques crujientes. Las trufas le dan el punto amargo que hacen que el postre no sea linealmente dulce.
Y volvemos a las buenas costumbres: Andrés remata la comida con su consabido ristreto. Mientras, doy buena cuenta del último sorbo de José Pariente.
Y volvemos a las buenas costumbres: Andrés remata la comida con su consabido ristreto. Mientras, doy buena cuenta del último sorbo de José Pariente.
Sitio informal con buena y divertida comida para compartir, bodega cuidada. Nos gusta.