Este viernes vamos al centro centro de Valencia a un local de cocina griega que lleva abierto unos cuatro meses (antes estaban más en la antigua zona de tascas en un local muy muy pequeño). Llego temprano y me adentro en un local blanco, luminoso, muy mediterráneo. Me dejan escoger entre las mesas que tienen de dos comensales y me quedo esperando tomando una Ambar Export (una cerveza tostada muy rica) y unas deliciosas aceitunas kalamata mientras ojeo las cartas.
Pido ayuda porque no se si lo que voy a pedir es mucho o me quedo corta y, sobre todo, para que me asesoren sobre el vino (no tengo ni idea de vinos griegos). Fernando nos atenderá para tomarnos nota y será quien me asesore sobre los platos, cantidades y vino.
Cuando llega Andrés el restaurante está lleno. Le ponen otra cerveza y comienza lo importante.
Como compañero de comida pedimos un vino tinto griego Kanenas del 2015 realizado con uvas mavroudi y syrah: en nariz realzan notas dulces de frutas maduras, en boca es goloso, con buena acidez y se irá volviendo más complejo a medida que se airee y que coja mayor temperatura (venía muy frío). Es una botella muy bonita y tiene la curiosidad de cómo se abre la cápsula de la botella : tienen un tirador como algunas botellas de cava por lo que el corte es limpio, recto y no quedan esas , horribles destrozos que a veces ocurre al cortar la cápsula.
Pero vamos a lo importante.
Como detalle de la casa viene un bocado de sandía con queso feta y gotas de vinagre balsámico que nos abre el apetito y el gusto.
Como aperitivos pedimos unas croquetas de calabacín y queso feta (kolokithokeftedes) con salsa tzatziki y otras de zanahorias con puerro y queso feta (karoltokeftedes) con salsa de remolacha. Ambas deliciosas y si tengo que quedarme con unas...las de zanahorias. Francamente buenas.
Como plato fuerte una degustación de carnes. Es una fuente con tres tipos de carnes diferentes, guarnición de patatas, cebolla roja y pimientos, pan de pita, salsa tzatziki y otra de mostaza y miel (deliciosa). Las carnes eran: souvlaki (brocheta de pollo), loukaniko (como una longaniza muy especiada) y giaourtlou (carne picada de cerdo, cordero y ternera). Nos dijeron el orden en el que debíamos comernoslas y así lo hicimos jugando a mezclar con las salsas y con limón. Cuando llegamos a la giaourtlou Andrés se dio cuenta que estaba poco hecha. Nos retiraron la bandeja y volvieron a traerla con todo caliente y las carnes bien hechas (ya se sabe que la carne picada de cerdo y demás, a ser posible, bien cocinada).
De postre pedimos un galaktooureko: pastel de láminas de masa filo rellenas de vainilla. Los extremos estaban ricos, se notaba el crujiente de la masa filo pero el centro estaba muy denso: la vainilla y las láminas de filo se habían asociado de mala manera. Les comentamos que no era de nuestro agrado (nos preguntaron el por qué. Está bien que en cocina sepan lo que puede tener de bueno y de malo los platos que están sirviendo) y pedimos unos baklava que siempre están deliciosos. En efecto, estaban soberbios: crujientes, llenos de pistachos y con bastante miel. Fernando, quien nos ha retirado el postre y hablado sobre él, nos comunica que ha quitado de la cuenta el anterior postre. Gran detalle.
Sitio para amantes de las kalamata, el queso feta, la salsa tzatziki, y la carne con muchas especias. Nos ha gustado.