Esta noche de sábado vamos a un restaurante muy pequeño que está muy cerca de mi casa. Tiene una cocina sorprendente para el espacio del que dispone para cocinar. Es una cocina de mercado, internacional, y de temporada.
Como compañero de mesa pedimos un cava: Ancestral Els Vinyerons, un cava natural, nada pretencioso y que es un buen aliado para estos platos que vamos a degustar.
Todos los platos serán compartidos.
Escabeche cítrico con clóxinas, mojama, yogur y kimchi. Un plato fresco, que invita a seguir con él a grandes cucharadas hasta rematarlo absolutamente. Muy buen plato.
Pedimos un poco de pan y nos traen unas rebanadas de pan de masa madre con patata, el pan de molde inglés (así se le llama en panadería) por excelencia: fresco, consistente, con una miga bien aireada y una corteza diferencial de la miga. Muy bueno.
Seguimos con sardinas con berenjena en conserva y queso feta. De nuevo un plato fresco donde se notan las diferentes potencias de sabor que se intercalan y enlazan en buena armonía. De nuevo, plato fresco que hace disfrutar,
No soy de postres pero se pide uno para compartir: melón con espuma de piña colada. De nuevo, plato muy muy refrescante.
Y rematamos con un cordero deshuesado con tabulé y orejones. El cordero está muy sabroso y tierno, montado en forma de lingote pero de buenas proporciones. El tabulé le acompaña, como todo el mundo sabe, a la perfección y los toques dulces que proporcionan los orejones lo encumbran. Muy buen plato.
Me encanta este local. Volveré siempre que pueda porque siempre me sorprende y me hace disfrutar.
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