Nos inclinamos por el menú y pedir algo fuera del menú. Mientras esperamos nos pedimos unas cervezas: Mahou maestra, cerveza tostada muy sabrosa y una japonesa Sapporo, rubia y muy suave.
Como somos tres personas a comer podemos pedir diferentes platos y así conocer algo más lo que hacen en la cocina.
Para acompañar a la comida, nos inclinamos por un rosado (no tienen cava 😩) Alex Rose 100% garnacha, un vino navarro. Con buena nariz, pero muy corto en boca.
Después, y fuera del menú, nos trajeron el combinado de uramakis: 16 piezas de sushi de cuatro de nuestros uramakis, california, ebi tempura tuna, shake avocado cream y maguro avocado (uramaki de ensalada de surimi, pepino y aguacate, uramaki de langostino crujiente, con atún, aguacate y salsa ponzu,
uramaki de salmón y aguacate y uramaki de atún y aguacate. El de langostino crujiente estaba francamente bueno). Ya estábamos llenos de arroz pero venían nuestros primeros platos que eran ¡más uramakis! (esto pasa cuando tienes prisa en pedir y no miras bien los platos del menú :😁Y estos son nuestrsos primeros platos: urmaki panda (cangrejo, aguacate y cebolla frita. Suave), uramaki vegetal (queso feta, pepino, tomate y pesto verde. Suave) y, el mejor con diferencia, uramaki kinoko teriyaki (langostino en tempura, salsa teriyaki y topping de champiñones).
Y aún nos quedaban los segundos que fueron: fideos soba con calamares y con verduritas saltedas a la soja (bien, nada que objetar...si acaso poner más calamares y algo más de chile en rodajas fresco), wafu steak con verduritas salteadas a la soja (nos comimos solo las tiras de carne que llevaba. El plato estaba rico, pero ya no podíamos con nada más...) y curry rojo con pollo crujiente ( que claro, venía con arroz que casi lo dejamos por completo pero el curry lo pedía y el pollo bien aderezado, crujiente por fuera y tierno por dentro. Buen plato y con un buen toque de picante).Ya habíamos decidido no tomar postre pero, al oír helado, todos decidimos tomar el postre viejuno de una bola de helado con un café expreso.
Salimos del restaurante después de haber aumentado una talla. Creo que no tomaremos más uramakis en lo que queda de año. 😉