Primera mascletá del 2025 y comida. Vamos a buscar este restaurante a la zona de Campanar. Es un local pequeño pero muy bien aprovechado (en él conocí la bodeguita de María hasta que se desplazó a otro más grande y mejor ubicado). Nos ubican en nuestra mesa, nos pedimos unas cervezas, que vienen con unas aceitunas, y nos quedamos leyendo la carta para decidirnos. Todo lo vamos a compartir.

Pero vamos a lo importante.
Cecina de vaca con almendras. La cecina siempre es un acierto. Le acompañan unas rebanadas de

Alcachofas con con base de cremoso de foie con techo de picaña: se está acabando la temporada y no hay que desaprovechar la ocasión de tomarlas. Buen plato.
Ensalada de ahumados con berenjena asada. Venía con una creme brie. El sabor predominante era el ahumado pero estaba muy rica.
Huevo poché con cremoso de chirivía y papada ibérica. Uno de los platos que mayor impronta gustativa me dejaron. Para mi estaba soberbio.
No perdonamos el postre. Un tiramisusu, como su nombre bien indica es un susu con los toques de un tiramisú. Es un postre para golosos y para compartir porque es rotundo.
Muy buen sitio. Para volver y repetir.
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