Este viernes repetimos en un local que nunca decepciona. Me encanta porque siempre hay cosas que me sorprenden, platos que me gustan ya en la descripción. Cocina de siempre, suculenta, con pequeños toques de modernidad. Lo que es innegable es que hay cocina, detrás de cada plato hay mucha cocina.
Pero vamos a lo importante. Para acompañar a los platos, pedimos cava, Juve Camps , cava impecable que seguro acompaña muy bien a todos los platos que vamos a degustar.
Nos inclinamos por pedir platos para compartir. Así que vamos con ellos.
Croquetas de conejo al ajillo. Cremosas con no excesivo sabor a ajo. Muy ricas
Ensaladilla con sashimi de atún rojo. Bocado fresco y un delicioso sabor a atún.
Impresionantes cocochas de bacalao a la andaluza. Cocochas en tempura y con un toque de miel. Hacen un bocado soberbio. El mejor plato de la noche por unanimidad.
Puntillas con velo de panceta ibérica y yema. Un plato de mar y montaña pero que hacen un combinado sabroso y se acompañan sin desmerecerse cada uno de los integrantes.
Carabineros al ajillo de sobrasada con huevo estrellado. Este plato nos pilla ya sin apetito y pese a estar muy muy bueno, consigue rendirnos y casi no degustarlo como se merece. Por poner algún pero a algún plato, la presencia de la sobrasada se imponía al plato, comiéndose a los pobres carabineros con toda su finura de sabor.
Terminamos con unas mollejas de vaca a la brasa a l'ast. Porque nos gustan mucho las mollejas porque ya el apetito nos había abandonado desde hacía mucho rato Eran pocos trozos y conseguimos rematar el plato. Luis las hace acompañar de unos pimientos de piquillo salteados que terminan en una fiambrera para llevar.
Todos los platos han sido acompañados por un muy buen pan de hogaza tierno, sabroso y muy de casa. Como me gusta que se cuide el pan tanto como los platos que salen de cocina. El pan ha venido con un par de aceites de oliva virgen extra de primera prensada en frio que nos hace entretenernos buscando esos sabores tan deliciosos a manzana verde y tomate de mata.
Para rematar la cena nos pedimos unos vaqueritos de macallan que consigue rebajar un tanto la cena tan opípara que nos hemos comido.
Como he comentado al principio, un restaurante que no decepciona.
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