lunes, 31 de diciembre de 2018

14 de diciembre de 2018. Ma Khin Café Mercado de Colón c/ Jorge Juan, 19 Tf 963528132

Estamos en los bajos del mercado de Colón y vamos a un restaurante que lleva muchos años realizando cocina asiática, birmana para ser más exacto. 
Llego la primera y para  hacer la espera más llevadera me pido una copa de vino blanco,Can Sumoi, vino blanco del Penedés elaborado con xarelo. Es un vino graso, profundo y con buena acidez, que deja la boca fresca. Me gusta mucho.
Pido que me cambien de mesa porque hace una noche bien fresca y estamos muy cerca de la puerta. Pese a tener dos cenas de empresa (no muy ruidosas, por cierto) y muchas reservas, hacen por complacerme y me ubican en una mesa algo más alejada de la puerta.
Llega Andrés y ya tengo el menú escogido.
Como compañero de mesa pedimos un cava (la cena es compleja y el cava siempre es una apuesta segura): un cava rosado elaborado por Raventós i Blanc de Nit. Buena persistencia, entrada elegante y suave, contundencia en boca y una acidez que activa las papilas para seguir degustando la comida.
Y vamos a lo importante.
Como entrantes pedimos:
Ostras valencianas con kimchi. Es un plato redondo. Pensaba que el kimchi se apoderaría de la finura de la ostra pero no, la acompaña sin estridencias subiendo dos puntos su sabor. Plato imperdible.
Samosas indias de espinacas y queso fresco acompañadas de chutney de mango. Las samosas me encantan y estas eran ligeras, con buena cantidad de relleno y el chutney jugaba a favor de obra haciendo un buen matrimonio con las espinacas.
No pude resistir la tentación de pedir kimchi. Quería saber qué verduras le pondrían. además de la col y la zanahoria, llevaba buena cantidad de apio. Pese a que ponía en carta que picaba, lo hacía pero muy muy sutilmente.
Como platos más potentes pedimos cerdo pekín con tortitas de arroz y salsa hoisin. Plato divertido para hacerse pequeños taquitos con los trozos de cerdo, las verduras y la salsa hoisin.
Vindaloo de pato con arroz basmati. De todos los platos, este es el que más picaba (pero tampoco era una exageración. Confieso que me encanta el picante). El arroz hacía su función de amortiguar el picante. La carne era una pechuga de pato (magret) bien planchada y con la salsa (que era lo que picaba) por encima. 
Tienen una buena gama de tartas caseras por lo que nos decidos por pedir un trozo para compartir (a estas alturas el apetito hacía rato que nos había abandonado). De todas, nos decidimos por una de pera y almendra. Como siempre, encuentro el postre excesivamente dulce para mi gusto, así que Andrés la remata sin mucho problema. Para acompañarla pedimos dos chupitos: uno de bourbon (Jack Daniels) y otro de malta.
Andrés remata la cena con su consabido ristreto que llama la atención lo bien hecho que está.








No hay comentarios:

Publicar un comentario