domingo, 29 de abril de 2018

27 de abril de 2018. Luso Café c/ Antonio Sacramento, 17 Tf 671702287

Por segunda vez nos acercamos a este café para poder probar su menú delux: cocina portuguesa. Andrés, a quien le toca este viernes (:-D) ha hablado con el dueño para que este viernes tengan a nuestra disposición el "menú delux" (trabajan alrededor del horario de la Ciudad de la Justicia por lo que los viernes noches cierran, a no ser que sea algo festivo como las fallas, y vuelven el lunes).
Como suele ser lo habitual, llego primera, me pido una cerveza y espero que llegue Andrés. El local es pequeño, funcional.





Una vez llega Andrés pedimos el menú que viene con una botella de vino. Nos decidimos por uno blanco porque antes debemos hacer la cata de la botella que nos han enviado de Ribera del Duero: Valtravieso crianza del 2015. Nos disponemos a la cata. Tiene un color brillante, limpio, intenso. En nariz aromas de eucalipto, monte  bajo, frutas negras maduras, lavanda. En boca es cremoso, muy goloso, fresco. Muy agradable de beber. Nos gusta y le haremos que vuelva a aparecer en los platos fuertes. Vemos que está elaborado con un coupage de tinta fina, cabernet y merlot.
Ahora vamos a la comida.
Como entrantes hay cuatro a elegir tres. Nos decidimos por unas empanadillas de carne y verduritas. Vienen ardiendo pero sabemos controlarnos hasta que se pueden degustar. Bien aderezadas.
Unas croquetas (croquetones) de bacalao: mucha patata pero buena presencia del bacalao. 
Berenjenas gratinadas con bechamel y queso. Sencillas pero siempre buenas. 
El vino blanco que acompaña a estos entrantes es un vino de Rueda, Hacienda de la Vega del 2016 elaborado con viura y verdejo. En nariz, muy verdejo. En boca, más viura. Fácil, sin pretensiones, fresquito, peligroso por su ligereza.
Como platos fuertes hay tres y hay que elegir uno. Nos inclinamos por un bacalao con pimiento y cebolla gratinada. El bacalao estaba pasado por harina y frito y las verduras venían en una salsa. El plato estaba muy conseguido y el punto del bacalao era excelente. El único problema fue que el vino tinto Valtravieso se lo engulló. Es un vino para carnes, asados y platos con sabores contundentes. 
Eso si, este vino maridó a la perfección con el otro plato fuerte: bife a la portuguesa. Entrecot sobre patatas fritas y con lascas de jamón serrano por encima y láminas de ajos. La carne estaba a nuestro gusto, esto es, muy poco hecha, tierna y sabrosa (aunque en principio, por su aspecto, no nos lo parecía).

Y llegamos al postre. Nos cantan todos los postres que hay y nos decidimos por un helado de maracuyá (fresquito, ligero) y unas fresas con nata (las de siempre pero que siempre nos llevan a la infancia).
Andrés remata la comida con su consabido ristreto. Yo apuro el vino tinto...

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