Vamos a este restaurante a tomar algunas cositas frescas que vengan del mar.
No buscamos sabores, ni texturas, ni elaboraciones complejas. Sólo sabor y frescura. Y es lo que se encuentra en este local, un restaurante de barrio con buen producto que no necesitan elaboraciones y salseos.
Está siempre lleno porque además de su producto, ofrecen un menú entre semana que suele gustar mucho.
Pero vamos a lo importante.
Para acompañar nuestra comida, un cava, Pago de Tharsys 2019, millesime rosé que va a ser un exceslente compañero para todos los platos.
Unas ostras al natural: frescas y muy sabrosas.
Zamburiñas muy bien pasadas por plancha. Deliciosas.
Clótxinas. Estamos en temporada (esta comida se realizó en verano) y no hay que perderse unas buenas clotxinas al vapor y poco más necesitan.
Un calamar a la plancha y sin más. Tierno, con su delicado sabor. Excelente
Unas gambas cocidas que fue lo que menos nos agradó. No estaban malas pero frente al resto de platos, no llegaban a su nivel.
Una comida con producto y sin florituras.
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