lunes, 16 de marzo de 2020

21 de febrero de 2020. Zynnia Plaza de Cánovas, 1 Tf 961457119

Una comida más de viernes. Esta vez en pleno Eixample, en plena plaza de Cánovas del Castillo.
De nuevo llego la primera (me encanta llegar la primera, sin prisas, elegir la mesa, tomarme algo mientras espero...un verdadero placer) y elijo una mesa bien iluminada. Seremos tres para comer, y sin que sirva de precedente.
Me pido una copa de cava, que viene con unas almendras fritas y me dispongo a relajarme mientras espero la llegada de Andrés.
Cuando llega Andrés, se pide una copa de champagne y decide que vamos a comer con Moet Chandon. Le dejo hacer, es su día, su restaurante y él se encarga de pedir y de pagar, así que hoy él manda. El champagne tiene una burbuja fina, muy fina, con sabores como de bollería y frutas muy frescas. De trago fácil y buena permanencia. Va a ser un excelente compañero de mesa.
Y vamos a lo importante.
Como detalle de la casa nos traen unas finas láminas de zanahoria enrolladas sobre sí mismas y rellenas de queso cremoso, olivas negras y mejillones. Un bocado resultón.
Nuestros entrantes serán:
Croquetas de jamón. Francamente buenas, con buen sabor a jamón y una consistencia intermedia. Muy ricas.
Buñuelos de bacalao con una boina de alioli. Están buenos pero  me gustan con más sabor a bacalao, más potencia en el salazón tan delicioso que llevan.
Tataki de atún rojo rebozado con semillas de sésamo blanco y negro. El atún está delicioso, tierno, sabroso y con la textura crujiente que le aportan las semillas. Viene con una salsa de soja y jengibre que le dan un toque juguetón al bocado.

Gambitas fritas. Gambitas muy pequeñas, bien fritas, crujientes que permiten comerlas enteras sin desperdiciar ni las barbas. No paramos hasta dar buena cuenta del plato.
Salmonetes fritos. También de pequeño tamaño lo que permite que no dejemos ni el rabo. Sabrosos, crujientes. Qué buenas están las frituras cuando se hacen bien, con esmero, sin engrasar el producto. 
A estas alturas ya no nos queda ni hambre ni champagne por lo que nos pasamos al vino Improntu rose de las bodegas Hispano Suizas. Un rosado con un bonito color cebolla. En la entrada sobresale una frambuesa con buena acidez, luego desaparece dejando un vino amable, golosón y con una acidez que lo hace buen compañero de muchos platos.
Vamos con el plato fuerte: rabo de toro con puré de patata. La carne está muy tierna, sabrosa, con una salsa oscura de vino y carne y unas chalotas para pensar que también estamos tomando verduras. Muy buen plato.
Estamos sin nada de apetito, pero vamos a llegar al postre: torrija con crema inglesa y mantecado. No muy dulce y con el frio del helado lo hace muy apetecible.
Andrés remata la comida con su consabido ristreto que viene con unas buenas trufas y como digestivos nos pedimos un par de chupitos, uno de calvados y uno de macallan.
Buena comida con platos más tradicionales, pero con muy buena elaboración.











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