De nuevo estamos en L´Eixample para comer en un local que lleva abierto más de un año. Llego antes que Andrés. Tenemos reserva. Me dejan que elija cualquiera de las mesas de dos que tienen. El local es funcional, agradable.
Me pido una Amstel Oro que viene con unas aceitunas picantes (me traen recuerdos...). Mientras estoy esperando, sale Luis (Gomez, Hernandez, el chef) de la cocina. Sabe quien soy. Se presenta y me comenta que Juan Exojo (el chef de Julio Verne) fue quien le comentó que la reserva que tenía era nuestra.
La conversación gira en torno a que para poder sobrevivir, su local, ha tenido que elaborar arroces. Sabe hacerlos, pues claro, porque antes estuvo en otras cocinas, entre ellas la del Brosquil donde los arroces eran su fuerte. Su pretensión era tener un gastrobar. Seguro que con tiempo llegará a ser posible que su cocina sea lo que desea. Me propone que nos dejemos guiar por él. Encantada le dejo en sus manos nuestra comida de viernes.
Me pido una Amstel Oro que viene con unas aceitunas picantes (me traen recuerdos...). Mientras estoy esperando, sale Luis (Gomez, Hernandez, el chef) de la cocina. Sabe quien soy. Se presenta y me comenta que Juan Exojo (el chef de Julio Verne) fue quien le comentó que la reserva que tenía era nuestra.
La conversación gira en torno a que para poder sobrevivir, su local, ha tenido que elaborar arroces. Sabe hacerlos, pues claro, porque antes estuvo en otras cocinas, entre ellas la del Brosquil donde los arroces eran su fuerte. Su pretensión era tener un gastrobar. Seguro que con tiempo llegará a ser posible que su cocina sea lo que desea. Me propone que nos dejemos guiar por él. Encantada le dejo en sus manos nuestra comida de viernes.
Ya ha llegado Andrés, se pide otra Amstel Oro.
Como compañero de mesa vamos a disfrutar con un Finca Resalso del 2014: goloso, muy sabroso, un Ribera impecable.
Y vamos con los platos. Va a ser un menú de tapas. La primera que viene es una ostra gallega con pico de gallo y guacamole. Rica rica.
Seguimos con un impresionante carpaccio de pez mantequilla. Plato tremendo: cremoso, con buenos toques crujientes. Plato imperdible.
Tartar de atún. Sabroso tartar de atún: el pescado supersuave, muy tierno y bien condimentado. Delicioso plato.
Gambas al ajillo con ajoarriero. Muy buen plato. Por poner un pero, se echaba de menos mayor potencia a ajo.
Andrés comienza a tomar agua con gas Cabreiroa porque el sueño le vence y aún quedan platos.
Soberbia croqueta de rabo de toro con alioli de ajo negro: cremosa por dentro, muy crujiente por fuera y con un fantástico sabor a rabo de toro estofado. Impresionantes.
Mollejas criollas con chimichurri y berenjena a la flama: para los amantes de las mollejas y/o la casquería en general. Forma diferente de tomar las mollejas que vienen sobre una tosta muy crujiente. Muy pero que muy buenas.
Aquí ya decimos que no podemos con más platos. Estamos ahítos y aún queda el postre. Nos preguntan si uno para los dos o uno para cada uno. Optamos, como siempre, por uno para compartir. Y viene lo que llama 'Interpretación de chocolate': chocolate en cuatro formatos diferentes, cuatro texturas y a cual de ellas mejor. Nos lo devoramos.
Andrés vuelve a las buenas costumbres y remata la comida con su consabido ristreto. Mientras doy buena cuenta del vino que aún queda en la botella. Junto al postre me hace tocar el cielo con la punta de los dedos.
Nos invitan a unos digestivos: Andrés toma un orujo y yo un orujo de crema (¡cuánto tiempo sin probarlo!). Volvemos a tener una conversación con Luis sobre los platos que hemos disfrutado.
Después de haber probado su cocina le deseamos que su sueño de un gastrobar se convierta en realidad. No podemos perder un cocinero con su potencial, con su atrevimiento, con su saber hacer, porque perderíamos todos la posibilidad de disfrutar con lo que sale de su cocina. Persevera Luis y seguro lo consigues.
Gambas al ajillo con ajoarriero. Muy buen plato. Por poner un pero, se echaba de menos mayor potencia a ajo.
Andrés comienza a tomar agua con gas Cabreiroa porque el sueño le vence y aún quedan platos.
Soberbia croqueta de rabo de toro con alioli de ajo negro: cremosa por dentro, muy crujiente por fuera y con un fantástico sabor a rabo de toro estofado. Impresionantes.
Mollejas criollas con chimichurri y berenjena a la flama: para los amantes de las mollejas y/o la casquería en general. Forma diferente de tomar las mollejas que vienen sobre una tosta muy crujiente. Muy pero que muy buenas.
Andrés vuelve a las buenas costumbres y remata la comida con su consabido ristreto. Mientras doy buena cuenta del vino que aún queda en la botella. Junto al postre me hace tocar el cielo con la punta de los dedos.
Después de haber probado su cocina le deseamos que su sueño de un gastrobar se convierta en realidad. No podemos perder un cocinero con su potencial, con su atrevimiento, con su saber hacer, porque perderíamos todos la posibilidad de disfrutar con lo que sale de su cocina. Persevera Luis y seguro lo consigues.
No hay comentarios:
Publicar un comentario