Es la semana de Cuina Oberta por lo que buscamos un restaurante no conocido y con un menú que nos apetezca. Ninguno nos esperábamos que fuera el hall de un hotel. El sitio es un poco recargado y auguramos algún que otro problema. Quien nos atiende tienen muy buena disposición pero no son profesionales de restauración. Pero hemos venido a cenar y divertirnos y nadie nos va a quitar las ganas de disfrutar.
Vamos a lo importante. Como compañero de cena, un cava, Nodus brut nature. Será un buen compañero.
Como entrantes tenemos:
Minibrioche de salmón marinado, aguacate y algas. Correcto, excesivo brioche para poco relleno.
Croqueta de carrilleras con mayonesa de siracha. Buen bocado
Como plato principal; atún rojo (muchos atunes rojos hay en los restaurantes) con tomatitos cherry y tirabeques. El atún estaba en su punto (poco hecho) pero la temperatura no estuvo correcta (no estaba caliente, como mucho templado).
Como postre, que estaba incluido, pedimos tarta de chocolate con caramelo salado. La idea era muy buena pero la ejecución tenía excesivo bizcocho y excesiva azúcar lo que hacía una tarta excesivamente rotunda y solo para personas golosas empedernidas.
Y esa fue la cena de Cuina Oberta. Esta vez, nos equivocamos.
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