lunes, 16 de marzo de 2020

6 de marzo de 2020. Oris c/ Almirante Cadarso, 7 Tf 960031213

Un viernes más, toca comida y nos vamos buscar un nuevo local. Estamos en la zona de L´Eixample. Una vez más, llego la primera. El local está vacío (es casi hora de la mascletá) y me dejan elegir mesa. Me quedo con una cerveza Alhambra y unas aceitunas esperando que llegue Andrés. 
Ibamos a pedir el menú de degustación pero este no lleva el descuento del 30% que lleva haber hecho la reserva por medio de El Tenedor. Así que nos vamos a la carta.
El primer problema lo encontramos con la bebida. Como ibamos a tomar platos diferentes, especiados, carne, pescado...pensamos en pedir un cava. Después de emocionarnos con tomar un Agustí Torello (que no tenían)...bueno pues un Juve Camps (que tampoco tenían), decidimos seguir con cerveza. Aunque habían vinos, no nos apetecían los blancos que si tenían frescos.
Bueno, vamos a lo importante.
Como entrante pedimos un trío de mini arepas: Reina Pepiada que consiste en pollo deshilachado, mayonesa de aguacate y queso, de gambas con tomate y aguacate y de rabo de toro con su salsa. Me anticipo: de todos los platos, este es el que más nos gustó. Las arepas calentitas, bien rellenas y con un relleno sabroso, bien condimentado. Bocados ricos.
Ceviche de salmón. Viene con maiz dulce de lata. Probamos un par de bocados y decidimos preguntar el por qué de este maiz. Parece que se les había acabado el maiz tostado que debe llevar el ceviche. Así que renunciamos al ceviche. Este maiz convertía el ceviche en una ensalada dulzona. No es de nuestro agrado. Nos lo retiran sin problemas.
Tataki de solomillo con pesto de pistacho y jengibre. La carne es tierna y con el pesto hace una suma un tanto complicada. Nos lo terminamos poniendo caras de no entender muy bien el plato.


Steak tartar con tostas de arepas. Al moverlo recojo algo de más de mostaza por lo que la carne sabe  demasiado a mostaza. No es de los mejores steak tartar que hemos tomado pero se deja comer. Pedimos algo de pan tostado porque el plato es grande y las arepas pequeñas.






Como postre pedimos una tarta banofee: galleta, dulce de leche, banana y merengue (aunque el sabor recordaba más a una crema de queso). Dulce, dulce, dulce. 
Andrés remata la comida con su consabido ristreto que viene en unas medidas excesivas mientras le acompaño con un vaquerito de Cutty Sark que me hace recobrar la confianza en la humanidad.

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