domingo, 13 de octubre de 2024

Ministry of crab Old Dutch Hospital Complex. 04 Hospital St, Colombo (Sri Lanka)




Hoy toca darnos un homenaje. Es el último día en Sri Lanka, y nos vamos a disfrutar de una estupenda comida a base de gambas y cangrejos. 
Es un restaurante que su carta está dedicada a estos dos productos. Los hay de distintos tamaños y distintas formas de hacerlos; pero lo principal es el cangrejo.
Después de hablar con el camarero y que nos guíe por los distintos tamaños y formas de elaborarlos, aquí va nuestra comida.

La acompañamos con cerveza Lion (la del país que está francamente buena) y, antes de comenzar, agua, mucha agua (hacía un día, como todos los que vivimos en este fantástico país, caluroso y con mucha humedad).
Pero vamos a lo importante.



Lo primero es que nos pusieron los típicos baberos para no mancharnos la ropa y disfrutar de comer con las manos. Un buen mazo de servilletas de papel más las de tela que teníamos y un buen número de instrumental para dar buena cuenta de la comida.

Para comenzar, nos pedimos una ensalada de aguacate y cangrejo: medios aguacates en su punto de maduración rellenos de carne de cangrejo. Y no hacía falta nada más. La carne de cangrejo estaba deliciosa y con el aguacate se llevaba fantásticamente bien.
Continuamos con unas gambas. Las gambas son gigantes. Pedimos el tamaño regular y eran inmensas. Venían elaboradas con ajo y copos de chile y acompañadas por un triturado de pan, copos de chile, coco, especias y algo de lima. Con este plato nos traen dos salsas: de mantequilla y de soja y unas enormes rebanadas de pan. Al principio no entendimos muy bien para qué tanto pan, pero cuando comenzamos a probarlo con la salsita y el triturado, casi nos quedamos cortos en pan. Plato divertido, sabroso y las gambas en su punto, hechas pero nada pasadas. Plato inmejorable.



Y vienen los cangrejos. Como a quienes me acompañaba no les gusta mucho el picante, nos decidimos por un cangrejo puro, al natural, sin nada. En este plato se podía degustar lo sabroso del cangrejo, su agradable y fino sabor. 




Pero competir con el cangrejo hecho con ajo y su potencia de sabor hacían del cangrejo un bocado difícil de dejar de comer, mojar y disfrutar. 





Pese a estar tremendamente llenos, aún pedimos un postre para dejarnos un sabor dulce en la boca: pudding de chocolate, con un agradable sabor que me llevó a la juventud y a una sala de cine. Sabía a toblerone. 






Y esta fue la gran comida con la que nos despedimos de Sri Lanka.

jueves, 12 de septiembre de 2024

Bar Cabanyal C/ Martí Grijales, 5

 


Vamos a comer a un bar muy cerca del mercado de Cabanyal. El aspecto es de un bar, un bar normal, pero nos han comentado que tienen un producto de lonja que lo hace especial.

Tienen un menú pero dado que estoy con una persona que tiene alergias alimentarias, debemos saltarnos todos los platos, es más, incluso muchos de la carta. Quien dirige la cocina, se acerca a nuestra mesa  y nos comenta que hay un problema y es que la plancha ya la ha utilizado por lo que no puede utilizarla para nuestros platos. Nos hace el favor de, dado que aún no hay mucho público, utilizar una sartén para hacernos nuestros platos.


Pese a todas las dificultades, comemos bien, con buen producto. Lo sorprendente es la larga lista de vinos que tienen. 

Para acompañar nuestros platos, un cava, AT Roca rosado, un cava que siempre responde muy bien.

Pero vamos a los platos.




Unas ostras gillardeau, al natural. Frescas, carnosas y deliciosas.




Un plato de ensalada de tomate y cebolla. Sólo queríamos el tomate pero bien, vino con compañía.

Zamburiñas a la plancha. Tremendamente sabrosas. Siempre buenas.




Gambas rayadas. Bien planchadas y con su punto de sal. Están tan apetitosas  que no salieron en la foto cuando aún estaban vestidas. 




Como postre, una bola de helado (creo recordar que vainilla) y un expreso. Me encanta ese postre que me recuerda a mi infancia. 

domingo, 25 de agosto de 2024

Restaurante Posada De Aceña (Quintanilla de Onésimo, Valladolid)


Comida en este fantástico restaurante. Está dentro de una posada pero que el nombre no os haga pensar en un sitio sencillo. Es un fantástico hotel boutique a orillas del rio Duero. 

Pero vamos al restaurante. 

Como compañero de la comida vino Resalte del 2021, vendimia seleccionada. Fresco, sabroso, con mucha fruta y buena persistencia. Se portó bien con todos los platos. 

Nos ofrecen panes de distintos tipos: se seleccionan la torta de aceite (típico de la zona) y uno de varias harinas integrales. 

Primero nos traen un detalle de la casa chorizo marino. Una loncha realizada con pescado pero aliñado como si fuera chorizo. Curioso.

Como entrantes pedimos:

Ensalada de atún curado con strachiatella y fresas escabechadas: ensalada fresca y muy sabrosa con el toque sorpresa de las fresas escabechadas (las fresas y el vinagre se llevan muy bien).

Tallarines de calamar de potera con carbonara de hongos y velo de panceta ibérica. Un mar y montaña rico y que nos deja con ganas de más.

Pero vienen los platos principales

Cochinillo confitado con manzana asada. 

Focaccia de costilla ibérica con pata mulo y encurtidos.

Bacalao confitado con aceituna negra.

Lomitos de lenguado con jugos de crustáceos y fritura de chipirón.

Solo hay que mirar las fotos para saber que todos los platos eran tremendamente estéticos pero además estaban fantásticos: el cochinillo con la piel bien crujiente, los pescados en su punto y las costillas se deshacían en la boca. 

Como postre, y porque no queríamos quedarnos sin probar alguno, compartimos una tarta de piñones  con miel y helado de tomillo. El helado nos encantó.































































Buen sitio para comer y disfrutar de platos de siempre a los que le han dado varias vueltas haciéndolos igualmente apetitosos, muy estéticos y con sorpresas muy gratas. 

Los Chopos (Valladolid)



 Hoy comida en un restaurante clásico con buena materia prima y buena carta de vinos.

Como entrantes un carpaccio de bacalao que no da tiempo ni a hacer una foto (hay hambre) que a su vez viene con un fantástico pan de picos, crujiente y de miga apretada (como todo el pan que suele hacerse en esta zona.

Una ensalada con hoja de roble, buen atún, cebolla y pimientos asados.

Los platos principales ya son individuales: hay chuletillas (¿cómo no?), rabo de toro, solomillos y entrecot. Carnes muy buenas: tiernas, tratadas con mimo y sin grandes aderezos, no lo necesitan, solo sal y emplatar. 

Los postres volvemos a compartir: leche frita, chocolate, otro que creo que era de piñones y, como el dulce no es lo mío, un helado de vainilla junto con un expreso (postre de juventud que aún me sigue encantando). 

Acompañando la comida, dos vinos: Convento Oreja roble de nuestro amigo Antonio (vino impecable. El joven está para tomarse la botella de una sentada) y un Pago de los Capellanes también joven que también hará las delicias a los que estamos en la mesa. 


















Cata en Bodegas Monteabellón (Nava de Roa, Burgos. Ribera del Duero)


Vamos a visitar una  bodega de la   Ribera del Duero,   Bodega Monteabellón.   Además de la visita por toda la bodega, cataremos cuatro vinos y un aperitivo.

La visita es muy agradable y llena de información. La realiza Sandra quien se nota que vive el vino y que conoce la bodega y los vinos muy bien.  




Es una bodega que ya está muy mecanizada. está muy limpia y con ese olor, dependiendo de la sala, a uva, a vino, a madera...

Los vinos fueron




Monteabellón 5 meses en barrica. Muy correcto.




Monteabellón 14 meses en barrica. Muy bueno: goloso, que te deja con ganas de más.




Finca Matambre 20 meses en barrica. Muy, muy bueno. Tremendamente goloso. Acompaña a comida, a dulce, a visitas de amigos, a tertulia, a porque si. 




Finca La Blanquera 24 meses en barrica. Vino fantástico, de los que te dejan pensando en vino. 




Cuando pasan los minutos, el de 14 meses y el de 20 meses se convierten en mucho más golosos, mucho más afables de lo que ya eran. Con el aperitivo se comportan de forma impecable. 





Fantástica visita llena de información y disfrute, combinación ganadora. 

jueves, 8 de agosto de 2024

El Almacén C/ Sueca, 41

 



Nos vamos al barrio de Ruzafa  a encontrarnos con este local,  El Almacén.  Llego antes y,   hace tanta calor que me pido un agua con gas  porque si toda la sed que traigo me la bebo en cerveza o vino,  esta noche salgo a gatas.

Mientras espero, me dedico a leer la carta. No han cambiado mucho los platos pero tengo ganas de probar algunos de los que no he probado.



Para acompañar la cena, un cava (¡cómo no!),  L'Origan Aire brut nature, dado que no viene bien frío, el primer sorbo es desapacible: lo notamos denso y lleno de sabores cítricos. Según se va enfriando notamos esa burbuja fina, más hierbas, suavidad y cremoso. Buen compañero cuando está a buena temperatura.

Pero vamos a los platos.



Unas ostras bloody Mary: una costra aderezada con tomate, chipotle y sorbete de apio. Una vez en mesa, le vaporizan con un poco de vodka. Fresca, bien condimentada, el picante casi ni se nota, no así la frescura del apio. Muy buena.

Burrata con tartar de berenjena. La berenjena estaba escabechada, también había tomate seco y polvo de aceitunas negras. La mezcla de la burrata con todo lo demás, se convertía en bocado llenos de sabor. Muy buen plato.



Edamame con aliño de jengibre y Katsuobushi (las láminas de atún que se mueven con el calor). Los edamame eran muy sabrosos y con el aliño de jengibre, estaban deliciosos. Las láminas de atún le aportaba vistosidad al plato. Muy ricos.



Black bao. Pan al vapor con tinta de calamar, rellenos de calamares y mayonesa kimchi. Los calamares eran como pequeños 'escombros' muy crujientes y con buen sabor a calamar (eran muy pequeños). Con la mayonesa de kimchi (tendré que hacerla en casa) se aliaban a la perfección. Muy buenos.



Llegamos sin más apetito por lo que dejamos el postre para otro día. 

Pedimos unos digestivos y terminamos de disfrutar de una fantástica cena.