domingo, 18 de febrero de 2024

Memoria c/ del Baró de San Petrillo, 6 (Benimaclet, Valencia)

Es la primera reseña que realizo sin mi compañero de mesa durante tantísimos años. Si que hemos escrito reseñas por separado cuando hemos estado de vacaciones. Pero es la primera vez que voy a describir un local de Valencia sin él. Pero me he decidido a mantener esto que hacíamos: descubrir nuevos locales en Valencia y describir nuestra experiencia. Así que de vez en cuando, mantendré vivo este y otros blogs subiendo fotos y comentarios sobre comida, locales y recetas. Así que empiezo.

Esta noche vamos a descubrir un local en pleno barrio de Benimaclet. El local es pequeño pero las mesas guardan unas separaciones muy aceptables.

Desde la pandemia, la gran mayoría de locales tienen la carta en los códigos QR (maldita sea, ya los podían eliminar). Así que nos la descargamos y comenzamos la selección de platos (somos cuatro comensales y, como más nos gusta, vamos a compartir todos los platos).

La carta de vinos si la tienen en papel y hay pocos vinos que nos llamen la atención. Nos decantamos por Maduresa de 2021. Tinto de Terres dels Alforins con un coupage de monastrell, mandó y cariñena. Pedimos que lo enfríen algo más porque lo notamos muy rotundo.

Pero vamos a la comida.

Como entrantes fríos y calientes nos decidimos por:

Unos tacos de costilla hoisin  (muy ricos)

Una causa limeña con langostinos (buena ración y sabrosa)


Lubina marinada con escabeche japonés (le faltaba algo más de cítrico o de picante ¿o de ambos?)



Huevo a baja temperatura con ahumados (pese a lo poco apetitoso visualmente, estaba muy muy bueno. Los ahumados le aportaban un toque de sabor fantástico). Tenemos un cesto con cuatro panecillos tiernos de los que damos buena cuenta tanto con este plato como con el plato siguiente. Ambos se merecían una buena rebañada. 

Secreto ibérico con babaganush y frutos secos (fantástico secreto sobre una berenjena sabrosa y una salsa de frutos secos impecable. Muy buen plato)




Como postre, no nos resistimos a un brownie con helado de vainilla (postre para golosos, golosos. Para nuestro gusto, excesivamente dulce. Pero había que probar algún postre).



Un local con platos divertidos y precio comedido. 

lunes, 28 de febrero de 2022

18 de ferbrero del 2022. Gambrinus c/ Secretario Artiles, 34 Las Palmas de Gran Canaria


 Este viernes me pilla un tanto lejos de Valencia pero no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar de este restaurante. 

Fue una recomendación de un buen amigo Aris, así que sin dudarlo allí que me encaminé. Al llegar, su amplia terraza estaba atestada, así como la barra. Es un restaurante enorme, al estilo de los mesones y asadores de siempre, lleno de pequeños salones que pueden hacer que una comida o cena se den en un ambiente de mayor intimidad.

Manuel, uno de los dueños, nos ubica en uno de los salones reservados. Nos disponemos a disfrutar.

Mientras leemos su amplia carta y oímos lo que tienen fuera de carta, nos leemos la  larga carta de vinos. Para acompañar los primeros platos de picar, pedimos  un Godello, Casar de Burbia 29018, un blanco fermentado en barrica que acompaña a la perfección los platos de entrantes.

 Estos platos de entrantes son papas arrugás: las mejores papas de toda la estancia en la isla. Es época de las papas negras mucho más sabrosas y deliciosas que las otras. De todas formas ambos tipos están perfectamente elaboradas, muy cremosas por dentro y con un potente sabor a papa. Vienen con el consabido moje. Y por si el picante no es demasiado, nos acercan un picante en espray que hace un lugareño y que nos encantó.

Unos camarones gallegos: deliciosos, en su punto de cocción.

Luego vienen unas zamburrinas: tiernas, sabrosas, llenas de sabor a mar. 

Terminamos con unas coquinas: delicadas, gustosas que nos hacen  chuparnos los dedos una y otra vez hasta terminar con ellas.

 

 

 

 

 

 

Como plato fuerte nos decantamos por unas chuletillas que vienen con patatas y pimientos de padrón. Vendrá acompañado por un vino tinto canario: Caldera Baboso Negro de Bodega Hoyos de Bandama, del 2015,  un tinto con cuerpo, goloso, cremoso en boca que invita a seguir bebiendo.

 

Para rematar la comida, como postre pedimos una torrija que da buena cuenta quien la ha pedido. Yo me decanto por un postre viejuno: una bola de helado de vainilla con un café expreso. 

 

 

 

 

 

 

Terminamos la comida con más cafés y un Lagavulin de 16 años que me hace terminar la comida con un delicioso digestivo.

Buen restaurante con unas materias primas de primera y un muy buen hacer en cocina y sala.

jueves, 7 de octubre de 2021

24 de septiembre de 2021. Fraula C/ Cirilo Amorós, 84 Tf 961018288

Un viernes más vamos a describir la comida que tomamos en un restaurante de Valencia, Fraula. 

Ya he estado en varias ocasiones y dado el trato cuidadoso y exquisito que suelen proporcionar ante los problemas de intolerancias digestivas, me decido por este restaurante. Les pongo en el aprieto de un menú sin gluten, sin lactosa y sin azúcar. Y lo cumplen, vaya si lo cumplen.

Pero empecemos. El local es limpio, luminoso, sin adornos excesivos. Todo es diáfano y amplio. Llego la primera y me ubican en una mesa para esperar a Andrés. Me pido una cerveza Turia mientras le espero. Durante la comida nos atenderá Marta y Lilian que nos explicarán los platos y sus ingredientes.

Llega Andrés y se pide una cerveza sin gluten: Daura que comenta que está buena, muy buena. En esta comida, vamos a comer con cerveza. Si, con cerveza. Así que seguiré con Turia y Andrés con Daura.

Nos sirven unos panecillos sin gluten que vienen con el aceite de oliva virgen que es una delicia: manzana, yerba, fresco. Casi nos terminamos en pan mojando en el fantástico aceite.

Vamos a lo importante.

Como aperitivo nos sirven una causa limeña de pollo de corral. Un pequeño bocado donde todos los ingredientes están y se saborean.

Como entrantes: ostra con perdiz en escabeche (impresionante. Qué bien le sienta a la ostra el escabeche y qué bien se lleva con la perdiz. Nos encanta), sepionet de playa con emulsión de encebollado (en la boca los recuerdos de casa, el sepionet encebollado de mamá, tierno, sabroso, dulce por la cebolla...Delicioso) y arroz meloso de cangrejo azul, nécora y tomate semi seco (el arroz en su punto, el cangrejo y la nécora haciendo su labor de proporcionar un sabor a mar inconfundible, el tomate está dulzón y con su reconocible sabor a tomate seco. El conjunto es soberbio. Nos gusta y nos gusta que nos deje con ganas de más). 

Como plato de pescado viene un salmonete con jugo de erizos. El punto del pescado exacto, bien cuidado: tierno, sabroso, jugoso. Este plato es de escándalo.

El plato de carne es un solomillo de corzo con frutos rojos. La textura es tierna, tremendamente tierna, con la contundencia del corzo, de la caza que se domestica al juntarla con los pequeños trozos de frutos rojos (confieso que con la frambuesa es con lo que más me gustaba juntar la carne). Plato imperdible.

Rematamos con un postre: granizado de sandía, higos y sorbete de manzana. Buen postre, fresco, lleno de cuidados detalles. 

Andrés concluye con su consabido ristreto que viene acompañado de petit fours: de piña colada (que se los adjudica Andrés), financers de chocolate y naranja (suaves y poco dulces. Muy buenos) y galletas de azúcar mascobado y chocolate (ricas).

Local con una cocina que cuida el producto, sin eclipsarlo con salsas y mezclas. Y lo mejor, el cuidado tan exquisito que tienen con las peticiones sobre problemas con ciertos alimentos. Agradecemos el mimo y cuidado con el que nos trataron. 

Al final se acercó Roseta Félix (la chef) que junto  Daniel Malavia y Nacho de Andrés, andan por la cocina trasteando entre cacharros, cuchillos y mondas de patata. Hablamos con Roseta y le agradecimos este menú tan delicioso.


sábado, 24 de abril de 2021

23 de abril de 2021. De Claire Oyster Bar Restaurante y Delicatessen/Tienda de comestibles, Carrer de Sevilla Tel 963 253 657

Hoy nos adentramos de nuevo en el barrio de Ruzafa. Vamos a encontrarnos con una ostrería. Llego apenas unos minutos antes que Andrés, lo justo para pedirme una copa de godello mientras voy a esperar. Llega Andrés y se une a mi vino blanco: Sonrisa de Tares, godello facilón. Un blanco sin complicaciones que fresco nos entra que da gusto.

En la mesa nos han dejado un cestillo con rebanadas de pan: de semillas, blanco, tostado y un plato con buena mantequilla y rodajas de rabanito. Damos buena cuenta de la mantequilla. 

 

Nos decidimos por pedir un menú del día y cosas fuera de carta. 

En el menú venían como entrantes unos mejillones en escabeche con papas. Esto siempre me recuerda a Madrid y los aperitivos que hacía cuando estaba allí. Buenos mejillones (no son de los enormes pero tienen un tamaño aceptable) y con las papas están fantásticos. 

Tengo un capricho y me lo conceden: media ración de cecina de León. Es ver cecina y quiero. Está bien curada, sabrosa y finamente cortada (pero no papel de fumar). Muy buena.

Para acompañar lo que se avecina (las ostras) pedimos, después de mucho pensar y mirar, un champagne Jean Pétigri elaborado con pinot noir: burbuja super fina, de entrada parece algo afrutado pero es una sensación que se termina de inmediato. Buena acidez y excelente compañero de mesa.

¿Cómo no? unas ostras. Las primeras, que son las que van con el menú son  nº2 Regal, son unas irlandesas, finas, muy sabrosas con un delicado pero presente sabor a mar. Están tan buenas que queremos probar más. Esta vez pedimos unas nº1 Sentinelle más finas que las anteriores pero menos sabrosas. Muy delicadas. Nos quedamos con las primeras pero como siempre, para gustos colores.

El segundo entrante que estaba en el menú eran unas tremendas alcachofas con foie. Plato imperdible: la mezcla de sabores es insuperable. Están francamente fantásticas.

Uno de los principales del menú era un taco de atún a la plancha con verduritas crujientes. El atún está tierno y sabroso, muy poco cocinado y las verduras le aportan textura y sabores. 

En el menú uno de sus segundos era solomillo de ternera con salsa de foie pero como nos han visto que teníamos ganas de steak tartar, tienen la deferencia de cambiarnos el plato. Así que un steak tartar bien cortado a cuchillo con carne tierna, bien condimentada con presencia de mostaza y cebolla y encurtidos. Nos lo devoramos. 

Como postre nos pedimos una tarta taten de pera: con mucha pera, no excesivamente dulce pero está tremenda. Y un queso curado de un pueblo de Castellón (creo que de Castellfort, espero no equivocarme): de un sabor potente pero no picante, escamado y que rebajaba el dulzor de la tarta. 

Y por una vez, y sin que sirva de precedente, Andrés no toma su consabido ristreto y no llegamos a los digestivos porque aún tenemos mucho champagne que disfrutar.

Hay que volver.

viernes, 23 de abril de 2021

9 de abril de 2021. Atmosphère c/ Quart, 89 Tf 963 15 41 32

Un viernes lluvioso y frío como si nos hubieran devuelto nuestro invierno, vamos a encontrarnos con un nuevo restaurante (lleva abierto año y medio) aunque el local si era conocido por nosotros, con sus anteriores dueños. 

Vemos que hay menú del día, están en las jornadas de la vuelta al mundo en 80 platos, pero queremos ver más su cocina. Es un restaurante francés y nos apetece probar sus platos. Tienen dos menús de degustación y nos aconsejan el más corto que son seis platos degustación.

Mientras espero me tomo una cerveza Turia que la traen con unas galletitas saladas. 

Para acompañar la comida, me decanto por pedir vino francés, pero solo hay dos en la carta. Me dejan probar Tarani, un 100% malbec, que es más suave de lo que me gustaría para nuestra comida. Así que el elegido es el que queda: La Croix Blanche, cabernet franc y merlot (D. O. Montagne de Saint- Émilion) del 2018. No está mal pero tampoco es para tirar cohetes.  Pero vamos a lo importante.

Anillas de calamar sobre salsa romescu. El calamar con la textura que toca, oponiendo un poco de resistencia, sabroso y con la salsa se entendía a las mil maravillas.

Huevo mollet  con emulsión de guisantes, panceta y espárragos. De todos los platos, creo que es el que más nos entusiasmó. Cada ingrediente aportaba sabor, textura, temperatura. Todos ellos imprescindibles para lograr un plato delicioso. Muy bueno.

Coca de verduras asadas, queso burrata y albahaca. Buen sabor, buen plato pero que después del huevo, no nos dijo gran cosa. Aquí el orden si altera el producto. Este plato, debería ser el primero. Así se disfrutaría en su justa medida.

Arroz de pato con ajos tiernos y alcachofas. No siendo una arrocería, nos llamó la atención que en un menú de degustación hubiera un plato de arroz. Bueno, estaba bien de sabor, nos hizo entrar en calor (aunque el vino ya había hecho su tarea) y era un plato degustación.

Secreto con salsa de naranja y crema de boniato. Estaba bueno, aunque nos hubiera gustado más poder probar el estofado bordignon que sé que había porque estaba en uno de los menús que veía servir a otras mesas. Creo que deberían poner en valor su diferencia, es una brasserie así que tendrían que ofrecer, y sobre todo en su menú degustación, más platos de la cocina francesa. 

Como postre, la imperdible tarta tatín: con poca base y mucha manzana. Muy, muy buena, poco dulce. La hicimos acompañar de un calvados Papidoux calvados Fine. 

Andrés remata la comida con su consabido ristreto mientras apuro el último sorbo de calvados.