miércoles, 14 de marzo de 2018

2 de marzo de 2018. La Mirona c/ Conde Altea, 9 Tf 960070595

Este viernes nos vamos a encontrar con un chef. Me enteré que Pablo García Vernetta había aterrizado en este local y allí que nos dirigimos para conocer este local y lo que está haciendo Pablo en su cocina.
Llego la primera y me dejan elegir una de las mesas de dos que hay libres. Me pido una cerveza Alhambra y me dispongo a esperar a Andrés. A los minutos llega. Se pide otra cerveza que viene con unas aceitunas. Queremos quitarnos la sed que tenemos porque primero, antes de la comida, debemos hacer una cata de un vino que nos han enviado de muestra. Pertenece al grupo de bodegas Faustino, este pertenece a la Bodega Portia. Es un verdejo de Rueda de 2017. Había preguntado en el local, cuando hice la reserva, si podríamos tomar el vino que llevábamos. No me pusieron inconveniente y nos cobrarían el descorche. Pero vamos al vino. 
Desde el principio nos parece un vino más complejo que un verdejo. En la fase visual es amarillo pajizo con brillos verdosos. En nariz, a copa parada, sale hueso de albaricoque y de melocotón, notas cítricas. A Andrés le sale el aroma de ciruelo, también de apio y de moras. Al moverlo, salen notas más cítricas y dulzonas, como de flores dulces (jazmín y galán de noche). En boca es complejo, con fantástica acidez. Le hicimos competir con distintos platos y limpiaba la boca que daba gusto. Nos gusta mucho.
Como no sabíamos si iba a poder con algunos platos, pedimos una botella de Viña Pomal del 2014, un rioja seguro que siempre está plácido de beber. 
Y ahora vamos a lo importante. 
Nos decidimos por tapas variadas (realmente raciones).
Comenzamos con un estupendo steak tartar la Mirona: carne cortada a cuchillo, bien aderezada (no preguntaron el punto de picante pero venía con un toque importante de pimienta pero sin exagerar), no detectamos las anchoas pero si la cebolla y la mostaza. Nos gustó mucho.
Foie micuit con espuma de maíz dulce y palomitas. El micuit estaba fantástico. Tal vez la espuma despistaba algo el sabor del micuit pero el plato es entretenido y diferente (siempre lo acompañan de mermeladas y geles. Esta vez la espuma hacía esta función).
Pulpo a la cerveza. Un guiso de rodajas de pulpo, cebollitas y patatitas. Rico y también diferente a lo habitual.
Tremendas bravas La Mirona. Patatas en gajos, tiernas por dentro y crujientes por fuera y un alioli de ajo negro que quitaba el sentido. Plato redondo.
Unas impresionantes mollejas de cordero con salsa de foie y trufa negra. Mollejitas rebozadas y bien fritas y luego entregadas a una deliciosa salsa de foie que les iba como anillo al dedo. 
Como postre nos pedimos un brownie de chocolate con helado de vainilla. El brownie tenía el corazón bien tierno y cremoso. Buen fin de fiesta.
Andrés remató la comida con su consabido ristreto que vino por partida doble y se tomó ambos dos. Además nos invitaron a un digestivo: un chupito de Cardhu.
Al final salió Pablo a la sala, saludó a las distintas mesas, hablamos unos minutos con él y nos enteramos que hoy era su primer día. No quiero ni pensar cuando se haga el dueño de los fogones lo que creará en esa cocina.













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