

Este es un local pequeño con una buena terraza, decorado de manera informal para hacerlo acogedor. Hay varias mesas libres y nos dejan elegir una de ellas.
Nos traen las cartas y nos dejan leyendo. Pedimos también la carta de vinos pero nos informan que dado que está próximo el pasado verano, la carta no está bien confeccionada. Prefiere decirnos lo que tienen, aunque no esté en carta, y lo que queda de la anterior.


Y vamos a la comida.
Para abrir boca, y como detalle de la casa, nos traen unos mejillones en escabeche caseros. Con un escabeche ligero y los mejillones en su punto. Buenos.

Figatell con pan de vapor y mostazas. Un figatell domado (con más carne que casquería y con muchas menos especias de las deseadas): un bocado rico para los no iniciados en disfrutar de los figatell de verdad.

Escombros (calamarcitos fritos): es un cucurucho de patitas y tiritas de calamarcitos, muy bien rebozados, muy crujientes y con un delicioso sabor. Muy buen plato si contuviera mas cuerpo que patas,


Pilota de putxero con hoja de col. Pese a estar muy buena, se vuelven a echar de menos las especias: cominos, canela...
Revuelto de erizos. Viene con exceso de crema/nata en el huevo lo que hace que pierda sabor y se vuelva algo cremoso sin gracia, Nos retiran el plato y posteriormente no aparecerá en la cuenta.


Buen detalle.


Buen detalle.
Para terminar la comida, nos han puesto unas copas de Concertum del 2014, un albariño de Rías Baixas, con muy buena acidez, muy sabroso. Remata muy bien nuestra comida acompañando al postre.

Sitio con cosas muy interesantes para picar. Las tartas de lo mejor.
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